Friday, March 13, 2009

Mi hoja de érable....

Clau y yo no teníamos nada. “Nada” quiere decir que habíamos decidido no comprar apartamento….no arrendar uno….por ende no teníamos muebles…no teníamos cortinas, tapetes….no teníamos ollas, no había juegos de cama, lavadoras ni neveras…menos hornos microondas…no teníamos olla Express, la vajilla era una palabra mas en el diccionario. Éramos la típica pareja de treintañeros que en Colombia todos juzgan como fracasados o avivatos: Viviendo con los papas, sin pagar arriendo, sin nada propio. Créanme que nos importaba un pito!! A mi las opiniones de los demás, en tanto no sean constructivas, me parecen un desgaste intelectual y energético. Intelectual, porque siempre desgasto mis pensamientos banalmente tratando de entender el porque de esa mala energía en las personas (voilà lo de energético).
Vivíamos como quinceañeros afortunados…..como novios…dormíamos en la casa de sus papas o en la mía cada fin de semana..con el beneplácito de ambas familias (luego de casados, obviamente, porque antes….la familia de ella me habría matado!)!...en los días de semana cuando Clau no viajaba por trabajo fuera de Bogota nos veíamos siempre, íbamos al gimnasio, salíamos a donde queríamos y la pasábamos bien, pero por motivos de logística cada quien dormía con sus respectivas familias. En resumen nunca convivimos como pareja casada antes de llegar a Montreal. Obviamente no éramos unas sanguijuelas y aportábamos a nuestras economías familiares…por puro espíritu altruista…mi mama y mis suegros siempre nos acostumbraron a aportar en nuestras casas desde que tuvimos nuestros primeros trabajos…así el aporte fuera meramente “estético” (porque no pagaba ni la luz de un bombillo cuando fui mesero con mi super aporte!!). Pero eso mismo les enseñare a mis hijos.
Nunca tuvimos riquezas…nunca nos falto nada……y en mis vacaciones de colegio, mi mama me obligaba a lavar, planchar, cocinar y asear nuestra casa……..igual, soy una bestia cocinando, pero en lo demás me defiendo y hoy me siento útil cuando le ayudo a ella a mantener nuestro apartamento.
A pesar de que la amaba,(en esa época menos que hoy y hoy menos que mañana) siempre me pregunte si la novedad del estigma matrimonial, al que siempre yo le había huido, sumado con el titulo de nuevos inmigrantes elevado a la enésima potencia del desconocimiento lingüístico y multiplicado por la ausencia de hábitos comunes entre los dos no seria mas bien un coctel Molotov de un matrimonio fracasado. Hoy…luego de casi 5 años 11 meses de estar con ella, de 5 años 8 meses de noviazgo, de 1 año 10 meses de matrimonio, de 12 meses exactos de inmigrar y de todos esos segundo de amarla solamente me queda por confirmar que con nadie mas que con Clau hubiera podido estar aquí. Ella es la hoja de érable en la bandera de mi corazón.

2 comments:

  1. Amigo no pude dejar de sentirme identificado con usted, pues en Colombia mi ex y yo éramos iguales, no teníamos nada, éramos los típicos arrimados, odiaodospor algunos y envidiados por casi todos, pues nuestras familais nos adoraban, nos consentian y nunca nos falto el dinero para ir a fiestas, viajar, éramos como usted lo dijo 2 quinceañeros con estrella, aunque en ralidad yo tenía 29 y ella 25. Aqui lamentablmente las cosas no terminaron bien, y ahora somos dos muy buenos amigos. La suerte y la maldicion del migrante.

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  2. Que bonito post, ojalá todo el mundo tenga al menos una vez en la vida la oportunidad de sentir y expresarse así. Felicidades por eso.

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